Hay algo que me fascina, y es cuando de algo imperfecto, nace una obra de arte. Este es el caso del Kintsugi. Para los que no sepáis qué es o qué significa, os cuento: La palabra Kintsugi significa exactamente “reparación con oro”. Este significado tiene su origen en el antiguo Japón, gracias a un hecho casual.
Cuando el shogun de la época mandó a China reparar un cuenco de té, de cerámica, muy preciado para él y cuando se lo devolvieron, quedó muy decepcionado con el resultado. Al parecer lo habían reparado como era común en la época, con grapas de metal y le pareció muy feo, porque aunque era lo esperado él había imaginado algo más estético. Pues bien, como no quedó satisfecho, lo mandó reparar a los artesanos japoneses para que intentasen que el cuenco recuperase su belleza.
Para ello, idearon un método que consistía en utilizar como pegamento una laca natural llamada urushi para unir las piezas. Una vez unidas, decoraron las grietas cubriéndolas con oro en polvo. Y así es como nació la técnica Kintsugi, que a partir de aquel momento se convirtió en todo un arte a la hora de reparar cerámica. Con el tiempo la técnica se fue ampliando y hoy en día ya es utilizada en interiorismo.
A lo largo de las épocas, la técnica fue evolucionando y hoy en día es posible ver este arte no solo en cuencos de cerámica… Es aplicable a toda clase de objetos que se nos han roto y nos resistimos a deshacernos de ellos! Para que os hagáis una idea, un plato de una bonita vajilla, aquel jarrón tan chulo que nos regalaron, el suelo con esa baldosa antigua que ya es imposible conseguir…. Y así una larga lista!
Hoy en día podríamos decir que existen tres tipos de esta técnica:
Técnica de las grietas: es la más conocida, ya que las uniones quedan como unas brillantes venas de oro. Esto es porque se emplea la mínima resina para unir una pieza que se ha roto.
Técnica de sustitución de piezas: aquí se emplea más cantidad de resina para sustituir la pieza que falta.
Técnica del mosaico: se emplea otro fragmento diferente a la pieza que se desea restaurar y se sigue el mismo procedimiento, es decir, se unen con la resina.
Como podéis ver en estas fotos que hicimos en Casa Decor, el kintsugi estuvo presente en las exposiciones. En las imágenes de arriba podemos observar que en el suelo de la terraza se han inspirado en la técnica del mosaico para el suelo, sustituyendo algunas de las piezas en forma y color para combinarlas.
Y en las siguientes fotos otro ejemplo, esta vez utilizando un papel pintado que imita las venas doradas de la técnica de las grietas para revestir un dormitorio en la zona del cabecero, techo y tocador.
Si queréis ver con más detalle cómo se inspiraron en el Kintsugi en este dormitorio, aquí tenéis un enlace a Casa Decor
Pero a mi lo que me llamó la atención de este arte cuando lo conocí, es la metáfora de vida que representa: cuando nos rompemos, nos toca reparar nuestros pedazos y volverlos a construir. Es aquí donde tenemos la opción de recomponernos de cualquier manera, o hacerlo sintiéndonos orgullosos de nuestras cicatrices, que es el recordatorio de que hemos vivido. Es decir, que no tenemos porqué esconder las heridas, simplemente aceptarlas y aprender de ellas… Bonito verdad..?